Por meses, si acaso no los dos últimos años, los mercados se han empeñado en ignorar los crecientes conflictos que amenazan la estabilidad global. Si bien el mundo pareció contener la respiración ante la imagen de los drones y misiles iraníes dirigiéndose hacia Israel, el impacto ha sido hasta ahora limitado. Incluso horas después de la aparente represalia israelí, el petróleo y el oro volvieron a sus niveles previos.
“Los participantes en el mercado parecen haber decidido que el ataque de Irán fue simbólico, cuando en realidad fue frustrado por unas defensas aéreas superiores. Creemos que es un error suponer que las guerras entre Rusia y Ucrania y las de Medio Oriente son de algún modo “guerras Ricitos de Oro”, que se gestionarán y no se agravarán demasiado”, advierte la directora de Fordham Global Foresight, Tina Fordham.
Al cierre de esta edición, Irán habría declarado “fallido” un ataque israelí cerca de una base aérea en Isfahan, la tercera ciudad más grande del país. Israel no se pronunció oficialmente sobre el ataque, y no hay claridad de si se trató de un misil o de drones.
Analistas advierten que sería un error esperar que el conflicto termine tras este episodio, especialmente considerando las presiones políticas sobre el primer ministro Benjamin Netanyahu desde el ala más dura de su partido y coalición de Gobierno.
Para la jefa de riesgo para Medio Oriente y África en BMI, Ramona Moubarak, , un elemento positivo es que el ataque iraní pareció más bien dirigido a demostrar su fuerza ante sus aliados, que a crear verdadero daño físico o provocar víctimas en suelo israelí.
En ese sentido, Moubarak advierte del riesgo que supone el fortalecimiento del denominado “eje de la resistencia” liderado por Irán, y que incluye agrupaciones terroristas como Hamás, Hezbolláh y los hutíes en Yemen. Esto último es uno de los factores tras su predicción de un escenario de mayor riesgo geopolítico en la región por los próximos dos o tres años.
Lo limitado del ataque iraní habría justificado el tipo de acción que habría lanzado este viernes Israel, que se interpretó más como una advertencia de su capacidad de alcanzar territorio de Irán y no una acción que buscaba causar daño físico.
Es el escenario al que BMI da un 50% de probabilidad y que contempla que Irán no respondería con un nuevo ataque. Es un caso en el que las disrupciones en el tráfico áereo y marítimo de la región serían también limitadas, eliminando el riesgo sobre las cadenas de suministro, especialmente de petróleo y combustibles. De ahí que el petróleo se mantendría por debajo de los US$ 100.
Este pronóstico coincide con el escenario más optimista previsto por el Banco Mundial y que contempla una disrupción menor en la cual el principal impacto para el resto del mundo sería un alza del precio del petróleo, pero limitada a un alza de entre 3% y 13% desde el nivel considerado base de US$90 por barril.
Para el director de Hermann consultores, Jorge Hermann, este es un precio que ya incorpora el mayor riesgo geopolítico en Medio Oriente desde el ataque de Hamás contra Israel el pasado 7 de octubre.
Sin embargo, motivaciones políticas internas podrían llevar a que tanto Israel como Irán avancen hacia una espiral de ataques-contraataques, manteniendo el elevado riesgo político y con ellos manteniendo la presión sobre el precio del petróleo.
El caso más drástico sería el de una guerra frontal como entre Rusia y Ucrania. BMI ve solo un 10% de probabilidad para este escenario, que acarrearía una regionalización del conflicto. Un escenario en el que podrían esperarse más sanciones y embargo petrolero contra Irán, ataques contra Israel y sus aliados en la región (especialmente Jordania) y una reducción de las inversiones en la zona afectando a países como Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos.
El Banco Mundial compara este posible escenario con el impacto producido por el embargo al petróleo árabe en 1973 y que redujo en casi 8% el suministro mundial de petróleo desatando una crisis y recesión. De forma similar, el peor escenario previsto podría llevar al petróleo en torno a los US$ 150 por barril.
Pero desde los años ’70 el mundo ha diversificado sus fuentes de energía y reducido en unos 10 puntos su dependencia de la OPEP y el petróleo del Golfo Pérsico. Mientras, el apoyo de China ayudaría a Irán a evadir las eventuales sanciones económicas, tal como ha sucedido con Rusia desde su invasión a Ucrania.
Impacto local y un nuevo súper ciclo
Otro ejemplo que el mercado debería sacar de la guerra entre Rusia y Ucrania es que el impacto de los conflictos puede ser global. El mundo aún está luchando contra el auge inflacionario que agravó la crisis energética desatada por Rusia.
“Los mercados estadounidenses pueden estar en una posición más fuerte para encogerse de hombros ante los conflictos gracias a la independencia energética de Estados Unidos, pero es diferente para países como el Reino Unido y Alemania que son importadores netos de energía y están luchando por salir de la recesión”, advierte Fordham.
Chile es otro de esos países importadores de energía. Hermann proyecta que, de mantenerse el petróleo en precios cercanos a los US$90 y dada la baja de inventarios en EEUU, el precio de los combustibles en Chile subiría $ 32 pesos el 2 de mayo y $ 16 pesos el diésel; y la tendencia al alza se mantendría hacia adelante.
La otra vía de contagio es el dólar. Analistas proyectan que, de agudizarse el conflicto tras la eventual represalia israelí, la divisa estadounidense se aprecie aún más que el 4,5% que ha acumulado en lo que va del año, dado su rol de activo refugio. El impacto sería especialmente grave para las economías emergentes.
El alza de los combustibles y la apreciación del dólar incrementarían las presiones inflacionarias, en lo que sería un obstáculo para que la Reserva Federal y otros bancos centrales avancen con los recortes de tasas de interés.
Uno de ellos sería el Banco Central de Chile. “Si llegamos a tener un shock importante, si el precio del petróleo supera los US$100 por barril, si hay una guerra entre Israel-Irán tipo Ucrania-Rusia, el Banco Central está en un pie más complicado, dado que está en un proceso de bajar la tasa de interés”, apuntó Hermann.
En algo que debería preocupar a los mercados hay una mayor recurrencia de amenazas y eventos de conflicto. Una mirada al Índice de Riesgo Geopolítico, elaborado por los economistas de la Fed Dario Caldara y Mateo Iacovello, muestra un alza considerable del nivel de riesgo desde la invasión de Rusia a Ucrania. Desde el ataque ruso (febrero de 2022), el índice de ubica en un promedio de 50 puntos más alto que los dos años anteriores (febrero de 2020-febrero de 2022).
Fordham sostiene que el mundo ha entrado a un “súper ciclo de riesgo geopolítico”. Un período definido por la presencia de un mayor número de factores de riesgo (por ejemplo, la tensión entre China y Taiwán); más conflictos, e instituciones mundiales más débiles para enfrentarlos.
Como explican Caldara y Iacovello al presentar el índice, períodos sostenidos de mayor riesgo geopolítico están asociados con menores incentivos a la inversión y un aumento de los riesgos a la baja para el crecimiento económico. Suficientes razones para adoptar una mirada, no pesimista, pero más realista sobre la amenaza que se gesta no solo en Medio Oriente, sino en varias regiones.
Nuevo Pudahuel, operador del Aeropuerto de Santiago, anunció este viernes el inicio de operaciones de Turkish Airlines.
A partir de diciembre, la aerolínea turca iniciará sus operaciones para conectar la capital de Chile y Estambul.
Con cuatro frecuencias semanales, el vuelo se realizará vía Sao Paulo en un Airbus A350-900, con capacidad para 324 asientos. Por esto, el servicio ofrecerá una capacidad de 2.600 pasajeros por semana.
A través de un comunicado, Nuevo Pudahuel expresó “su gran satisfacción de recibir a Turkish Airlines, por el gran alcance que dará su extensa red de conexiones, a los pasajeros que viajen desde y hacia Santiago”.
La startup tecnológica de conducción autónoma WeRide presentó su solicitud para lo que podría ser la mayor Oferta Pública Inicial (OPI) de una empresa china en Estados Unidos desde la desastrosa cotización de la empresa de viajes compartidos Didi Global, en 2021.
WeRide dijo en una presentación este viernes que puede enfrentar “varios riesgos e incertidumbres legales y operativos asociados con tener nuestra sede o nuestras operaciones principalmente en China continental”. La compañía no revelará el número ni el rango de precios propuesto para sus Acciones Depositarias Estadounidenses (ADR, sigla en inglés) hasta que esté lista para comenzar a comercializarlas.
WeRide, constituida en las Islas Caimán, solicitó de forma confidencial una OPI con un plan para recaudar hasta US$ 500 millones, informó Bloomberg News el año pasado. Después de que la OPI de Didi por valor US$ 4.440 millones provocara una ofensiva por parte de Beijing contra las empresas con datos confidenciales que vendían acciones en el extranjero, los listamientos en Estados Unidos de empresas con sede en China se habían estancado.
En su presentación ante la Comisión de Bolsa y Valores (SEC, sigla en de EEUU), WeRide dijo que tuvo una pérdida de US$ 268 millones de sobre ingresos de US$ 55 millones el año pasado.
Fundada en 2017, WeRide desarrolla tecnología de conducción autónoma y la está probando o implementando comercialmente en 30 ciudades en siete países, dijo en el documento. WeRide produce vehículos que incluyen robotaxis, minibuses, furgonetas y barredoras de calles, además de sus soluciones de software y hardware para conducción autónoma.
Según el documento, el actual inversor Renault-Nissan-Mitsubishi Alliance acordó comprar acciones en la OPI en una colocación privada.
La oferta está dirigida por Morgan Stanley, JPMorgan Chase y China International Capital. La compañía planea que sus ADR coticen en el mercado de valores Nasdaq con el símbolo WRD.
La espectacular ceremonia inaugural de los Juegos Olímpicos de París comenzó el viernes por la noche con una flota de barcos que transportaban a 10.500 atletas a lo largo del río Sena, la primera versión al aire libre del espectáculo que se espera sea visto por mil millones de personas.
Sin embargo, el evento se vio ensombrecido por un acto de sabotaje criminal que afectó a la red ferroviaria de alta velocidad de Francia en las primeras horas de la mañana y provocó un caos en el transporte en todo el país. Una fuerte lluvia comenzó a caer aproximadamente a los 30 minutos del espectáculo de tres horas, un escenario de pesadilla para los organizadores de la representación teatral que contó con un elenco masivo de bailarines, dos orquestas y un grupo de estrellas del pop, incluida Lady Gaga haciendo una actuación con tintes de cabaret.
“Estamos preparados para este magnífico acontecimiento”, afirmó el ministro del Interior, Gérald Darmanin, antes de la ceremonia, añadiendo que no se habían detectado amenazas específicas. El sabotaje ferroviario “no tendría consecuencias directas sobre los Juegos Olímpicos ni sobre la ceremonia”.
Lady Gaga lleva el cabaret a la ceremonia de apertura de los Juegos de París en el Sena
A media tarde se habían formado largas filass para que los poseedores de entradas ingresaran al perímetro altamente seguro a lo largo del río Sena, donde se esperan 320.000 espectadores a lo largo de los muelles adoquinados de la época medieval. El formato del evento requirió una fuerte seguridad: 45.000 policías fueron desplegados en tierra y en el aire, utilizando helicópteros, drones y francotiradores colocados en los tejados.
El clima también puso a prueba a las docenas de capitanes de barcos experimentados que impulsaron el desfile, quienes navegaron precisamente a la velocidad adecuada para mantener el espectáculo en línea. Algunos espectadores huyeron de los muelles para refugiarse mientras llovía a cántaros.
El presidente Emmanuel Macron recibió a más de 100 jefes de estado en la plaza Trocadero, al otro lado del río desde la Torre Eiffel, donde los atletas desembarcaron para un desfile final y una actuación esperada por la favorita francófona Céline Dion. Jill Biden, esposa del presidente estadounidense, y otros líderes asistieron previamente a una recepción en el palacio del Eliseo.
El espectáculo de tres horas contó con bailarines de ballet en el tejado del Louvre, mientras que cientos de bailarines modernos y breakdancers actuando en los muelles y en algunos de los barcos. Los artistas lucieron trajes hechos a mano por modistos franceses, incluidos Louis Vuitton y Dior de LVMH.
Cuando Reboul le propuso la idea a Tony Estanguet, jefe del comité organizador de París, el dos veces ganador de la medalla de oro reaccionó con un estupor que rápidamente se convirtió en entusiasmo. “Será ambicioso, audaz y totalmente loco”, afirmó Estanguet recordando el momento.
Aunque los funcionarios se han mostrado vagos sobre el precio, los medios franceses han informado que la ceremonia costará alrededor de 120 millones de euros, es decir unos US$ 130 millones y aproximadamente cuatro veces el costo de la inauguración de los Juegos de Londres 2012. Se espera que el coste total de los Juegos de París, que se presentó como una edición más ecológica porque se construyó poca infraestructura nueva, alcance entre 9.000 y 10.000 millones de euros, según el auditor nacional. Alrededor de un tercio de esa cantidad será costeada por los patrocinadores.