La economía global enfrenta tres shocks económicos simultáneos.
El primero sigue siendo el Covid. Mientras que el mundo desarrollado ha relajado las medidas de control de infecciones, la política de cero covid de China, exitosa en términos de reducción del número de muertes, tiene un alto costo económico debido a su dependencia de estrictas cuarentenas. Actualmente, alrededor del 25% de la población china se encuentra bajo algún tipo de restricción de movilidad. Los cálculos del mercado apuntan a que el impacto sobre el PIB chino de mantenerse estas restricciones estaría entre 0,5 y 1,7 puntos porcentuales, lo que sesga a la baja el crecimiento global.
“El banco central de un país emergente debe mantener su enfoque en controlar la inflación y anclar las expectativas inflacionarias. Para ello, las tasas de interés de política deben subir en términos reales por encima de sus niveles neutrales”.
El segundo impacto proviene de la invasión rusa de Ucrania y su efecto en el mercado de productos básicos. Desafortunadamente, la expectativa de una pronta solución al conflicto hoy parece lejana. Esto sugiere que los riesgos de disrupción en el mercado energético se mantendrán dentro del horizonte de proyección de los bancos centrales. Históricamente, cada vez que el precio del petróleo sube más del 50% en 12 meses, la economía mundial se ha desacelerado y la inflación ha sorprendido al alza. El WTI sube un 35% en lo que va de año, pero con alta volatilidad.
El tercer shock proviene del endurecimiento de las condiciones financieras mundiales. La Reserva Federal de EE.UU. inició su ciclo de subidas de tipos en marzo con 25pb. En la reunión de mayo se espera que la tasa de retiro de liquidez aumente a 50 pb de alza. Los precios de mercado tienen la tasa de política en 2,75%, algo por encima de neutral, hacia fines de año. Por otro lado, las expectativas de crecimiento se han deteriorado más en Europa que en Norteamérica, por el impacto directo del conflicto ruso. Esto se ha traducido en una depreciación del euro frente al dólar superior al 8% en lo que va de año. La apreciación del dólar tiende a afectar negativamente la demanda interna en los mercados emergentes.
¿Qué debe hacer un banco central de un país emergente en este entorno global? En mi opinión, debería mantener el foco en controlar la inflación y anclar las expectativas de inflación, que en varias de estas economías están por encima de la meta. Para ello, las tasas de interés de política deben elevarse por encima de sus niveles neutrales en términos reales.
Aquí usaré el caso chileno como ejemplo. La TPM se encuentra hoy en 7% y se espera que suba a 8,5% en la próxima reunión. Este nivel de tasa es muy superior a la tasa nominal neutral estimada por el Banco Central de Chile, en 3,25%. Sin embargo, la tasa de la UF a dos años se encuentra algo por encima del 1%. Este nivel es similar al promedio del período 2015-2018, cuando la inflación sin alimentos ni energía rondaba el 3% a tasa trimestral anualizada. Hoy esa misma inflación supera el 10%. Aún así, el balance de riesgo apunta más a una persistencia de la inflación por encima de la meta que a una fuerte desaceleración de la economía como resultado de un endurecimiento monetario.
Con múltiples shocks empujando a la economía global en diferentes direcciones de crecimiento e inflación, los bancos centrales emergentes harían bien en enfocarse en el problema actual: la alta inflación. Solo en el caso de que finalmente se materialicen algunos de los riesgos mencionados anteriormente, sería necesario modificar este escenario base.
El secretario general de la ONU, António Guterres, alertó este miércoles a los líderes del mundo de que “hemos abierto las puertas del infierno” al no actuar de manera decisiva contra el cambio climático, durante una cumbre con motivo de la Asamblea General de Naciones Unidas que se celebra en Nueva York.
“El fuego tiene efectos terribles. Los agricultores ven con horror cómo las inundaciones se llevan sus cultivos. Las temperaturas sofocantes dan luz a enfermedades. Y miles huyen con miedo a medida que se extienden los incendios históricos”, dijo en su discurso de apertura de la Cumbre de Ambición Climática.
Pero el portugués no se detuvo ahí: confió en que todavía hay tiempo para limitar el aumento de las temperaturas a 1,5 grados por encima de los límites preindustriales, pero advirtió de que para hacerlo hay que acabar con las subvenciones millonarias a las energías fósiles y gravar el carbono, entre otras medidas.
Guterres fue especialmente crítico con las compañías que, en sus palabras, han “tratado de bloquear” la transición energética a una economía de cero emisiones, “utilizando su riqueza y su influencia para aplazar, distraer y engañar”.
También mostró simpatía hacia los países menos industrializados, que sufren los impactos más devastadores de una crisis climática a la que no han contribuido, y que se ven estancados en una situación de deuda insostenible con las naciones más ricas.
Cambiar el mundo
Guterres repitió su demanda de que los países reformen los bancos de desarrollo multilaterales para que ofrezcan más oportunidades de financiación privada a los países en desarrollo a costes razonables.
También pidió que las naciones ricas cumplan con su compromiso de dedicar US$ 100.000 millones anuales a mitigar los efectos del cambio climático en los países pobres, que se acordó en 2009 y hasta ahora no se ha llevado a cabo.
“Una cumbre no cambiará el mundo”, reconoció Guterres, aunque confió en que su iniciativa pueda generar un nuevo impulso para avanzar en los objetivos climáticos internacionales.
Durante esta cita, la organización espera poner el foco sobre los países que mayor progreso están haciendo en la cuestión climática y proponer ejemplos para acelerar la transición energética en el mundo.
Las bolsas mundiales volvían a descender este jueves, mientras retumba el mensaje de tasas más altas por más tiempo que la Reserva Federal entregó ayer en su hoja de proyeccioness junto con mantener sin cambios las tasas de interés, como esperaba el mercado. En Europa, en tanto, distintos bancos centrales mantenían o subían el costo del crédito.
Los futuros del Nasdaq 100 perdían 0,8%, los del S&P 500 caían 0,6% y los del Dow Jones bajaban 0,44%, después de que Wall Street cerró ayer con pérdidas y el bono del Tesoro a dos años alcanzó su mayor tasa de interés desde 2006. Hoy, el título cedía 3,0 puntos base (pb).
La Fed mantuvo la tasa de referencia, tal como se esperaba, pero a través del esperado mapa de puntos (dot plot), sus miembros insistieron en la posibilidad de un alza adicional este año, a la vez que moderaron los recortes previstos para 2024.
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Más decisiones
A nivel europeo, el regional Euro Stoxx 50 retrocedía 1,51% y el FTSE 100 de Londres bajaba 0,71%, en su primera jornada de reacciones a los anuncios y proyecciones de la Fed. Las tasas de mercado subían en todo el continente, salvo en Suiza.
Cuatro bancos centrales europeos se sumaron hoy a la tanda de noticias de política monetaria. Los de Noruega y Suecia subieron la tasa en 25 pb, como se esperaba, mientras que el de Suiza la mantuvo, cuando se esperaba un alza de la misma magnitud.
Por su parte, el Banco de Inglaterra acaba de seguir el camino tomado por su par suizo, al conservar su tasa actual en lugar de alinearse con las expectativas de un alza de 25 pb.
Los mercados asiáticos se replegaron tras los anuncios de la Fed. El Nikkei japonés cayó 1,37%, el Hang Seng hongkonés se redujo 1,29% y el CSI 300 de China continental se deslizó 0,9%, este último ubicándose en mínimos de casi 11 meses.
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Los nuevos antecedentes sobre el depósito de litio en Estados Unidos, que podría ser uno de los más grandes del mundo, no deberían ser percibidos como una amenaza para la industria minera chilena, sino como un llamado de atención y una oportunidad.
Un llamado de atención de que la minería no puede estancarse, por lo que debe adoptar de manera continua transformaciones tecnológicas para mantenerse a la vanguardia. Esto es esencial para abordar el desafío de mejorar la producción de litio. Además de agilizar procesos burocráticos que obstaculizan el desarrollo de nuevos proyectos.
Al mismo tiempo, se abren oportunidades. No debemos limitarnos únicamente a la extracción y exportación de este mineral; debemos forjar una industria de innovación minera que perfeccione los procesos y sea proactiva en la mitigación de riesgos en la producción. Esto nos permitirá reducir costos y pérdidas de productividad de manera significativa.
A través de la innovación, la tecnología y el conocimiento, Chile podrá consolidarse como líder en la transición energética y hacer frente a la competencia internacional.
Hrvoj Hrzic
Head of Latam de Outotive
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