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Quién es Juan Carlos Delpino, el rector del CNE que denunció irregularidades

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Cuando el calendario marca casi un mes desde la realización de las elecciones presidenciales de Venezuela, el pasado 28 de julio, una nueva voz proveniente del interior del aparataje estatal caribeño se sumó a la denuncia de irregularidades en los comicios, y no es una cualquiera. Se trata de Juan Carlos Delpino, rector del Consejo Nacional Electoral (CNE), quien durante la mañana de este lunes quebró la tónica y cuestionó abierta y seriamente la legitimidad que el órgano que compone dio a la proclamada victoria de Nicolás Maduro.

Fue mediante un comunicado publicado en X, antes Twitter, por donde el funcionario venezolano hizo sus descargos. Allí, Delpino acusa “irregularidades ocurridas durante el proceso electoral del 28 de julio de 2024″, convirtiéndose en el primero de los funcionarios del órgano electoral en criticar el proceso y sus resultados.

La denuncia no es menor. En un pasaje del documento, denuncia una “falta de transparencia y veracidad de los resultados”, detallando momento a momento los eventos que considera como viciados de la pasada elección presidencial.

En una de sus primeras frases, señala que desde que fue nombrado en el cargo, el 24 de agosto de 2023, ha “trabajado con un firme compromiso hacia la ética y la transparencia”. Nos adelantamos unos pasos, pero una pista que será explicada en breve emerge como clave para entender su reciente aparición: Juan Carlos Delpino no es proclive al chavismo, a diferencia de otros miembros del CNE.

Luego, el rector señala que si bien los comicios se realizaron con relativamente pocas incidencias hasta las 17.00 de aquel domingo, “se evidenció un incumplimiento de normas y reglamentos esenciales” cuando empezaron los desalojos de testigos de la oposición de las mesas que intentaban fiscalizar.

Juan Carlos Delpino
Juan Carlos Delpino rector del Consejo Nacional Electoral (CNE) de Venezuela. Foto: Reuters

Esos mismos veedores opositores son los que luego enviaron actas al comando del candidato presidencial Edmundo González y la líder opositora María Corina Machado, documentos con los que, aseguran, el primero habría ganado por amplio margen frente al actual Presidente de Venezuela, Nicolás Maduro. Estas expulsiones arbitrarias, prosiguió Delpino, constituyeron “una violación directa a los principios de equidad y de inobservancia de los derechos de los electorales”.

Independiente de las críticas a las formas, su mayor queja apuntó al recuento de votos, al supuesto hackeo que no ha permitido entregar -a un mes de su desarrollo y pese a la continua presión internacional- las actas detalladas por mesa, o los partidos autorizados a participar de las elecciones.

“Según protocolos, la transmisión de resultados debía hacerse inmediatamente al cierre de las mesas. Sin embargo, fue en ese período que la transmisión fue interrumpida y dicha interrupción fue justificada por un presunto hackeo, habiendo silencio y una demora no explicada”, escribió en su comunicado.

Poco antes de que publicara su comunicado, The New York Times publicó una entrevista que Delpino les concedió en “clandestinidad”, señaló el periódico estadounidense. En dicha instancia, aseguró que “no recibí evidencia alguna” que comprobara una eventual victoria de Nicolás Maduro, como confirmó la noche del 28 de julio el presidente del consejo electoral, Elvis Amoroso, quien es miembro del partido del mandatario desde hace muchos años y lo proclamó vencedor con poco más de la mitad de los votos contados.

“Yo tengo vergüenza y pido disculpas a la población venezolana porque todo el plan que se tejió para tener unas elecciones aceptadas por todos no lo logré”, señaló al periódico neoyorquino.

Al margen de la denuncia, la aparición del rector del CNE abre una gran interrogante. ¿Quién es Juan Carlos Delpino, y por qué habló ahora?

Lo primero que cabe preguntarse es sobre de dónde viene el rector del CNE. Y si bien diferentes organismos internacionales han cuestionado que los distintos entes estatales están cooptados por el chavismo, en la teoría, el Consejo Nacional Electoral cuenta con una disidencia. Pequeña y minoritaria, pero existe una fracción opositora al oficialismo.

Es en esa categoría en la que se inserta Delpino. Nombrado rector suplente del CNE el 12 de junio de 2020 por la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), fue recién en agosto de 2023 que asumió de manera titular el cargo. No es su primera incursión en el eje. Más de una década atrás, cuando Hugo Chávez todavía gobernaba el país, ya había sido designado miembro suplente del Consejo Nacional Electoral, y, un año después, miembro principal del Poder Electoral.

Sus vínculos a la actual oposición se rastrean de esos años. Juan Carlos Delpino habría oficiado también como coordinador nacional de la maquinaria electoral de Acción Democrática (AD) en 2010, partido que en esta elección respaldó a Edmundo González, según dijo en un tuit Bernabé Gutiérrez, miembro de aquel partido político.

De regreso al pasado próximo y su ascenso en el CNE, el periódico venezolano El Nacional señaló que Delpino formó parte de la renovación de los cinco rectores del nuevo directorio conformado en 2023 de cara a las entonces probables elecciones de 2024.

Esa reconfiguración mantuvo la misma proporción de opositores y oficialistas que venía de la camada anterior, es decir, se garantizó una mayoría tendiente al gobierno de Nicolás Maduro: mientras tres rectores eran de conocida afiliación chavista, otros dos eran personajes opositores o externos. Y en este último grupo se inserta Juan Carlos Delpino.

La Constitución -aprobada en 1999- prohíbe explícitamente esta división en su artículo 296, donde señala que “el CNE estará integrado por cinco personas no vinculadas a organizaciones con fines políticos”, pero en la práctica, eso no se ha respetado.

El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, sostiene el documento que certifica la victoria de un referéndum consultivo, junto a Elvis Hidrobo Amoroso, rector del Consejo Nacional Electoral (CNE) de Venezuela, el 4 de diciembre de 2023. Foto: Reuters

Esa oposición al chavismo explica que Delpino no acompañó el anuncio de Elvis Amoroso en el que declaró la supuesta victoria de Nicolás Maduro. En ese momento, según diversas versiones recogidas por El Nacional, el rector opositor habría pasado a la clandestinidad. “Como rector principal, al no subir a la sala de totalización, carezco de la evidencia que respalda los resultados anunciados”, escribió en su reciente comunicado. Un mes antes de las elecciones, ya había criticado a Amoroso en un medio local por su gestión al mando del Consejo Nacional Electoral.

La otra ficha opositora en el ente electoral, Aime Nogal, sí convalidó los resultados entregados por el CNE, despertando críticas en el arco antichavista.

En el detalle de la carta publicada por el rector Delpino, este señala que “desde enero de 2024, se evaluaron las posibles fechas para la convocatoria electoral, tomando en cuenta los acuerdos de Barbados y, posteriormente, el Acuerdo de Caracas. Mi recomendación fue convocar las elecciones para finales de marzo, con fecha electoral prevista para octubre”.

Pero, pese a la proposición, el CNE llamó a las urnas el 28 de julio, lo que, según Delpino, no permitía un cronograma con las necesarias auditorías y actividades que las elecciones ameritaban.

También habla de los participantes de las elecciones y las razones que llevaron al chavismo a excluir a determinados partidos. “El 15 de marzo, se llevó a cabo una sesión del directorio para determinar cuáles organizaciones políticas estarían autorizadas a participar en las elecciones. A pesar de mi objeción, se excluyeron partidos con mayor porcentaje de votos en elecciones anteriores”, detalló. Aquella votación tuvo como resultado un 1-4 en contra.

Nicolás Maduro
Nicolás Maduro, Presidente de Venezuela. Foto: Archivo

En cuanto a la observación internacional, el rector ahora en clandestinidad escribió que se opuso “categóricamente a la exclusión de estos observadores, considerando que su presencia era crucial para garantizar la transparencia del proceso electoral”.

Tras las votaciones, y cuando la oposición se impacientaba por la ausencia de recuentos oficiales, la incertidumbre también alcanzaba a Delpino, quien recién a las 21:00 del domingo de las elecciones fue “informado del presunto hackeo y por el que se aseveraba afectó gravemente la transmisión de resultados, reduciendo la transmisión efectiva a un 58%”.

Ya al finalizar su carta, añade que “expertos internacionales han coincidido en que los eventos descritos no cumplen con los estándares nacionales e internacionales de transparencia y legalidad”, añadiendo su molestia por el quiebre en la tradición de publicar los resultados mesa por mesa en las siguientes 48 horas posteriores a las elecciones.

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Qué es el vino pipeño y cómo beberlo

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Como si fuera un familiar lejano del que solo nos acordamos para su cumpleaños, el vino pipeño vive el auge y caída de su demanda en un margen de pocos días. Cuando se acerca el Dieciocho, miles se abalanzan a comprar bidones o garrafas de esta bebida en distribuidoras o botillerías; incluso en los supermercados, donde el resto del año brilla por su ausencia, figura en medio de los pasillos y bajo grandes carteles.

Este fenómeno de consumo estacional tiene un responsable: el terremoto, esa extraña y sensual bomba de azúcar y alcohol, nacida entre El Hoyo y La Piojera hace no más de 40 años, y que espontánea y misteriosamente se posicionó como el cóctel emblema de Fiestas Patrias.

Sin él no puede haber fonda, pero sin pipeño tampoco hay terremoto. Al menos no uno genuino, si es que una palabra así puede ocuparse para un trago de espíritu improvisado y nada riguroso, que funciona porque justamente se puede hacer como a uno le plazca. Unos le ponen pisco, otros fernet, hay quienes lo adornan con granadina o con más azúcar; mientras tenga pipeño y helado de piña, al parecer, todo vale.

Pero el pipeño no es como los huevos de pascua o los dulces de Halloween, productos que el marketing industrial inserta una vez al año aprovechándose de ciertas fiestas extranjeras. Todo lo contrario: este vino tiene orígenes ancestrales, más antiguos que la misma república, y su producción sigue siendo mayoritariamente artesanal, regional y rural. De hecho en el campo de la zona centro sur, en especial entre los ríos Perquilauquén y Biobío, es un vino que se consume a diario, que acompaña comidas, asados y celebraciones.

“El pipeño es un símbolo del Chile mestizo”, lo describe el historiador Pablo Lacoste, académico de la Universidad de Santiago y especialista en patrimonio agroalimentario. “Es un emblema de la gente que sigue amando la tierra, de nuestros guardianes del paisaje, que cultivan la uva no por negocio sino por estilo de vida”.

Como lo apunta Lacoste en una de sus investigaciones, hasta hace poco el pipeño era un vino marginal, propio de campesinos pobres, elaborado a partir de uvas criollas y conservado en barricas de roble chileno, llamadas pipas. Para las élites, francófilas y obsesionadas con la cultura vitivinícola extranjera, este era un vino derechamente despreciable.

“El expendio de pipeño debería estar absolutamente prohibido”, decía el enólogo Rodrigo Alvarado Moore, uno de los más influyentes del país durante el siglo XX. Sospechaba de la naturalidad de este vino, hecho generalmente con cepas país o moscatel de Alejandría —que no tenían el renombre de las uvas francesas—, casi sin intervención tecnológica, más frutal y ácido que las prestigiosas cabernet sauvignon o chardonnay.

Mario Rivas, dueño de Las Pipas de Einstein, famosa picada recoletana y emblema de esta bebida en Santiago, cuenta que “nuestro pipeño es un vino artesanal, natural, bruto, no filtrado, cuyas levaduras están vivas y activas”. Todas características que Alvarado Moore y la alta cultura detestaban.

Por suerte nadie siguió su consejo y el pipeño —gracias al terremoto pero también al ojo de viñas arriesgadas y prestigiosas— hoy vive uno de sus mejores momentos. “Si vas al valle de Itata, encontrarás toda una camada de jóvenes enólogos, chilenos y extranjeros, trabajando la uva país y dándole una vuelta a este vino”, dice Carolina Leiva, catadora certificada y encargada de Latinoamérica en Wines of Chile.

“Se dieron cuenta de que más que tecnología, había que aplicar conocimiento en él, mezclando innovación con el saber ancestral del campo. Así estos vinos han crecido, se ponen más elegantes, toman aromas y personalidad”. Como el pipeño no es solo terremoto, veremos algunas maneras de aprovecharlo y disfrutarlo sin granadina ni helado de piña.

“A mí me gusta el pipeño porque es un vino honesto”, confiesa Miguel Larraguibel, reconocido bartender y famoso en el rubro como Maldito Barman. “Mucha gente se quedó con la idea de que era un mal vino, pero es ligero, fácil de tomar, muy alegre. Para mí no tiene nada que ver con el Dieciocho, porque funciona en cualquier época del año”.

Esta poca complejidad que tiene —que para Larraguibel no es un defecto sino un atributo— hace que sea ideal para esta preprimavera, como un aperitivo antes de un almuerzo dominical.

En el contexto de un asado, Leiva lo recomienda para acompañar choripanes, prietas suaves o chistorras. “Ayuda mucho con la entraña o un lomo de cerdo no tan aliñado”, dice. También hará buena dupla con unas sopaipillas con pebre o una empanada de pino.

Hay pipeños que se elaboran con uva país y otros con Moscatel de Alejandría. La primera cepa, dice la catadora, es bien gastronómica y “se adapta mucho a las distintas comidas, ya que no cobra tanto protagonismo”. Eso significa que si estamos frente a un plato no muy fuerte ni grasoso —como lasañas de verduras, quesos blancos o incluso una cazuela de ave—, el pipeño de cepa país resultará un gran aliado.

En las Pipas de Einstein, cuenta Rivas, lo hacen con Moscatel, por lo que él sugiere beberlo junto a pescados, mariscos o carnes blancas. “Idealmente a unos 10 u 11º, no tan frío pero tampoco a temperatura ambiente”, dice. Su pipeño es un vino abocado, medio dulzón, por lo que puede funcionar tanto de bajativo como de iniciador de los brindis.

Para estos efectos, “el pipeño de la viña Aupa —que es un 80% de país con un 20% de carignan— es algo más refinado: muy bueno, bien logrado y perfilado, elegante y juguetón”, lo describe el Maldito Barman. Del valle del Maule, en San Javier, por ahora se encuentra fuera de stock.

Otra alternativa que propone Carolina Leiva es el Cacique Maravilla, uno de los pioneros en la revalorización del pipeño. “Ellos le dieron otra identidad, lo llevaron fuera de Chile y les fue muy bien”, dice. Con uvas de Yumbel, en el valle del Biobío, esta viña hace pipeños de cepa país —”tinto, bueno para acompañar carnes magras o salsas especiadas con pimentones”— y también con ensamblajes de moscatel, torontel y corinto, más dulce y atractivo para mariscos fuertes —como ostiones y erizos— o aperitivos.

vino Pipeño cacique maravilla
El pipeño Cacique Maravilla, que por ahora se encuentra fuera de stock.

Aunque la idea es no quedarse pegados en el terremoto, tampoco hay que restarle méritos a lo que ha logrado: “en un solo vaso consiguió unir a jóvenes y mayores, converger a lo urbano —el trago nació en un bar de la capital— con lo rural —el pipeño es campesino—, lo nuevo y lo viejo”, explica Lacoste.

“Cuando hay tanta violencia, tanta polarización, y se hace tan fácil destruir al otro mediante las redes sociales, que se ocupan como vehículo de odio, elementos como el terremoto ayudan a la armonía, a integrar a las comunidades, a generar unidad e incluso cierta paz. Son tremendamente importantes”.

TERREMOTO trago coctel pipeño
El pipeño y el terremoto: lo poco que nos sigue uniendo.

Aunque no es su trago favorito, Larraguibel tampoco lo denosta. Lo que sí hace es una invitación a prepararlo sin granadina. “Pero sí con fernet, ahí me encanta”, dice. Pero si te causa mala digestión —o es la excusa que das para evitarlo, ya que en realidad te emborracha abruptamente, con poca delicadeza y no muy dignas consecuencias—, el pipeño también puede ser base de otras preparaciones.

Una que sugiere el dueño de las Pipas de Einstein es como ponche de frutas. “Puede ser de durazno, de melón, de chirimoya, de frutilla o de piña”, apunta. O sea, casi cualquiera que tenga carne blanda y mucho dulzor.

En otro artículo, el mismo Maldito Barman nos sugería hacer un terremoto alegre, un nombre contradictorio para un trago muy liviano y frutal. Solo hay que “pelar, trocear y despepar dos chirimoyas grandes, juntarlas con medio litro de jugo exprimido de naranja —¡no néctar ni de sobre, por favor!—, hielo y llevarlos a la juguera”. Luego agregar el pipeño, servir en vasos pequeños y saborear la primavera.

Ahora Larraguibel innova un poco más y promueve un pipeño sour, un cóctel mucho más sencillo e inofensivo que en su versión con pisco, pero no por eso menos atractivo. Tres partes de pipeño por una de jugo de limón —también puede ser de pomelo—, otra de goma y hielo. Batir bien y listo.

Otra alternativa muy frutal y refrescante es el clery, un clásico de las fiestas caseras chilenas, que normalmente se hace con vino blanco pero que acá se puede reemplazar sin problemas por el pipeño. Aunque es más veraniego —ya que lleva duraznos y frutillas, productos que aún no están en temporada—, se puede realizar con frutas en conserva.

Si tenemos un litro de pipeño, solo es necesario picar dos tazas de duraznos y otras dos de frutillas. Si no son en conserva, hay que espolvorear sobre ellas azúcar a gusto para que se maceren y esperar entre 30 minutos y 45 minutos. En ese momento se traspasan las frutas a una jarra de vidrio y se le agrega el pipeño. Se revuelve, se lleva al refri por al menos una hora y después verán cómo desaparecerá mágicamente por las gargantas de sus invitados.

Como se ve, el pipeño es más versátil de lo que se cree. Y mucho más poderoso simbólicamente. Ni más ni menos, dice Lacoste, “representa en un solo producto a la concepción mestiza gótico-mapuche”. Generalmente se elabora en pequeñas viñas, que no tienen monocultivo, donde persiste una amplia diversidad interespecie. “Las plantas de vid conviven con hortalizas, con verduras y plantas frutales, se pasean por ellas gallinas y se abonan con estiércol de oveja. Es una producción muy amigable con el medioambiente”.

El historiador incluso se arriesga y lo compara con el tango. “A principios de siglo XX era despreciado en Buenos Aires, pero cuando triunfó en París se convirtió en símbolo nacional. El pipeño está destinado a seguir ese mismo camino”.

*Los precios de los productos en este artículo están actualizados al 8 de septiembre de 2023. Los valores y su disponibilidad pueden cambiar.

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Primus reduce sus pérdidas y paga deudas

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En marzo de 2023, Primus Capital realizó una auditoría interna que desencadenó la mayor crisis en la historia de la compañía. La empresa de factoring, controlada por el empresario vitivinícola y financiero Raimundo Valenzuela, detectó cheques falsos que respaldaban deudas de una serie de clientes que, en realidad, eran sociedades ficticias en un esquema fraudulento que, según el fiscal Felipe Sepúlveda —el mismo que investiga el caso Audio—, se asemejaba a una “bicicleta financiera”.

Actualmente, los cuatro presuntos responsables han sido imputados por la fiscalía: Francisco Coeymans, Ignacio Amenábar, Marcelo Rivadeneira y Antonio Guzmán. Coeymans y Amenábar ocupaban los cargos de gerente general y director comercial, respectivamente, mientras que el técnico en cocina Rivadeneira y el abogado Guzmán operaban con la empresa a través de sus vínculos con los primeros. Coeymans está detenido en Pucallpa, Perú, a la espera de su extradición; Amenábar cumple arresto domiciliario total; Rivadeneira está recluido en Capitán Yáber; y Guzmán espera su formalización ante el Cuarto Juzgado de Garantía de Santiago.

A un año y seis meses del incidente, Primus Capital muestra señales de recuperación. El pasado 9 de septiembre, el vicepresidente ejecutivo, Eduardo Guerrero, envió un hecho esencial a la Comisión para el Mercado Financiero (CMF) donde informó que “materializó exitosamente el pago de los Bonos colocados en junio de 2020, por un monto de UF 830.000 ($31.141 millones). Este pago refleja el firme compromiso de la compañía y sus socios, quienes, a pesar del millonario fraude del que fueron víctimas, han hecho grandes esfuerzos para cumplir íntegramente con todas y cada una de las obligaciones contraídas por Primus”, agregó. Los socios de la compañía han realizado ya millonarios aportes de capital para apuntalar las finanzas de la compañía.

En plena crisis, la empresa se vio obligada a reducir su dotación de trabajadores y llevó a cabo una auditoría interna para separar a quienes participaron en el fraude, denunciado ante el Ministerio Público. A la fecha, la compañía sigue litigando contra los presuntos responsables y ha solicitado la liquidación forzosa de más de una veintena de sociedades implicadas en el esquema.

Tres días después de comunicar la operación financiera de pago de bonos, la compañía presentó sus estados financieros al cierre del primer semestre de 2024. En su reporte, reveló que entre el 1 de enero y el 30 de junio de este año, registró pérdidas por $1.294 millones, lo que representa una mejora significativa en comparación con el mismo período del año anterior, cuando las pérdidas alcanzaron los $5.130 millones.

El total de colocaciones de la compañía ascendía en junio a $ 138.630 millones, un 6,7% menos que hace un año atrás. La cartera de factoring. La cartera comprometida por el fraude asciende a $ 18.800 millones, un 7,85 menos que en junio de 2023.

“La distribución de la cartera factoring, durante a junio 2024, disminuyó a un 58,45% en la cartera de Chile (sólo cartera no comprometida) y Perú subió a un 41,55%, respecto a diciembre 2023. Esto producto de una disminución de la cartera neta en Chile. Cabe mencionar que la cartera bruta total, incluyendo la cartera comprometida, disminuyó en un 6,09%, donde la cartera bruta de Chile ha disminuido en un 9,43% y Perú aumentó en un 3,94%”, explicó la empresa.

Por industria, la empresa rebalanceó su cartera de factoring. Si el año pasado el sector construcción representaba el 30,58%, a junio de 2024 su peso es de 22,75%. En cambio, en servicios generales subió de 27,2% a 30,13%.

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Jara valora propuesta de más días de vacaciones y menos feriados

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La próxima semana se celebrarán las Fiestas Patrias en Chile y este año la celebración, por los días feriados, se extiende del miércoles 18 al viernes 20 y se complementa con los días 21 y 22 que corresponden al fin de semana. Además, se espera que parte de la población comience la celebración el evento desde este viernes.

Ante esto, hay voces críticas por lo extenso de la celebración, sumado a los otros días feriados en Chile, que, a nivel nacional, son del orden de 16 días, pero que pueden variar por eventos como las elecciones. Reparos que se dan en el contexto que la actividad económica se ve afectada por estos días de no trabajo o desarrollo de la actividad limitada, pese al efecto positivo que puede generar en rubros como el turismo.

Más días de vacaciones y menos feriados: la fórmula que le gusta a la ministra del Trabajo, Jeannette Jara

En esa línea, y ante la consulta sobre el tema y poniendo de ejemplo a los países que tienen más días de vacaciones que feriados, la ministra del Trabajo, Jeannette Jara se inclinó por la fórmula de naciones como las europeas.

“A mí me gusta esa fórmula, exactamente la que usted dijo, menos feriados y más días de vacaciones. Hemos estado conversando con el ministro de Hacienda en poder hacer una medida de esta naturaleza”, comentó la ministra Jara en entrevista con Radio Pauta.

“Si una persona se lo quisiera tomar justo el día que antes era feriado se lo puede tomar, pero si quisiera hacerlo como una prolongación de su periodo estival, por ejemplo, o en vacaciones de invierno, podría hacerlo también. Entonces, es una idea que ha dado vuelta”, comentó la secretaria de Estado.

La ministra Jara también destacó el rol de los feriados regionales frente a uno a nivel nacional: “Su impacto en la economía es mayor que cuando son de carácter regional”. Esto en el marco de que el feriado 12 de octubre desaparezca y cada región pueda definir su celebración.

“La región tendría la posibilidad de tomarse el día que elijan, en base a su celebración más propia de identidad territorial. Pero, además, por otro lado, la economía no viviría este día la bajada del comercio, de un poco de cese de la actividad productiva o disminución de la actividad”, añadió

Fondas Parque O’Higgins
Más días de vacaciones y menos feriados: la fórmula que le gusta a la ministra del Trabajo, Jeannette Jara

Sobre la celebración de Fiestas Patrias, la ministra Jara detalló que los días 18 y 19 de septiembre son feriados irrenunciables, donde la actividad estará limitada a restaurantes, pubs, cines, espectáculos en vivo, aeropuertos, casinos, bombas de bencinas, farmacias de urgencia, tiendas de conveniencia adosadas a servicentros y lugares atendidos por sus propios dueños podrán abrir sus puertas esos días.

Mientras que, el 20 de septiembre es feriado renunciable. El feriado se otorga por una ley que da un día extra de celebración cuando el lunes sea 17 o el viernes caiga un día 20, como este año. La iniciativa vio la luz en las Fiestas Patrias de 2007, durante el primer gobierno de Michelle Bachelet.

La ministra Jara también llamó al consumo responsable durante esos días, a no manejar en estado de ebriedad y a respetar las condiciones laborales relacionadas a los feriados y a quienes trabajan durante esos días.

Nosotros vamos a estar desplegados en las fondas, viendo los contratos por jornada parcial de los trabajadores, el cumplimiento de las medidas de seguridad laboral y de salud laboral también, todo lo que se debe cumplir”, resaltó la ministra.

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