María Pía Aqueveque Directora de empresas y experta internacional en activos digitales
María Pía Aqueveque
Meta, la empresa propietaria de la red social Facebook, ha sido multada por la Unión Europea con 1.300 millones de dólares, acusada de transferir datos personales de usuarios europeos a Estados Unidos. Esto no solo refleja un problema geopolítico asociado a los datos personales, sino algo más profundo que afecta a todo ciudadano digital: que no somos dueños de nuestra identidad digital. La normativa de protección de datos es una buena intención del derecho de acceso, seguridad y control, que en la práctica como particulares es imposible ejercer.
Nuestros datos son la mercancía con la que pagamos y no sabemos qué pasa con ella. Este uso se hizo más evidente y estratégico en el entorno Web 2.0, y se hace más necesario en la transición a la Web 3.0. En semanas en las que se ha reactivado la discusión de la Ley de Protección de Datos Personales, es importante tener una mirada estratégica en esta materia, particularmente en lo que se refiere a los desafíos en el ámbito digital. Es decir, considerando el contexto analógico y digital actual, así como hacia dónde nos están llevando las nuevas tecnologías en el contexto de la Web 3.0, que promueve la trazabilidad del valor y la existencia de mundos virtuales como una extensión de nuestro mundo físico.
“En semanas en las que se ha reactivado la discusión de la Ley de Protección de Datos Personales, la multa europea contra Meta ratifica la importancia de tener una mirada prospectiva estratégica en esta materia”.
Sin duda, la transición de la Web debe considerar la necesidad de incrementar los estándares de protección de los datos de sus usuarios y la soberanía sobre su custodia. Esto es posible gracias a las tecnologías criptográficas distribuidas, que han mejorado las capacidades de las identidades digitales, permitiendo a las personas acceder al mundo digital, tener control sobre su información y gestionar sus consentimientos. Se abre la posibilidad de que cada individuo lleve un registro de sus datos personales y de los consentimientos entregados, y retome el control de la información entregada al permitir la eliminación de los datos de una página web o aplicación que los haya recolectado.
La autosoberanía de los datos pone en jaque a los modelos de negocio; también protege a las mismas empresas en el cumplimiento de la ley, facilita la relación con los usuarios y permite garantías en el uso de los datos transferidos para una finalidad, así como el acceso a mecanismos de autenticación más amigables. Por ejemplo, con la identidad digital soberana se elimina la necesidad de responder a un formulario de “conoce a tu cliente” (KYC) en cada institución financiera.
Estonia es un país pionero en la implantación de identidades digitales autosoberanas y la Unión Europea también avanza decididamente en este ámbito. Si bien estas han sido iniciativas del sector público, el estándar europeo proviene de casos de uso que comenzaron en el sector privado. Esta nueva generación de identidades digitales no es solo un reflejo de su versión analógica, sino que amplía su concepto de atributos.
Se hace más evidente la necesidad de abrir la conversación y colaboración público-privada en Chile en torno a este tema de cara al potencial de la implementación de la Ley Fintech, el Peso Digital y las ganas de lograr la ansiada inclusión financiera del futuro desde una mirada global.
#Soberanía #digital #poder #para #usuario
Si quieres leer el artículo original puedes acceder desde este link:
A mediados del año pasado se anunció la inauguración de El Mercado del 14, un nuevo concepto gastronómico en el Mall Plaza Vespucio. Sin embargo, tras su construcción existe una disputa que incluye querellas criminales y demandas civiles, en las que los subcontratistas acusan impagos que superan los $ 1.000 millones.
El origen del caso se remonta a fines de 2022, cuando Plaza Vespucio contrató a GRL, del empresario Claudio Rojas, para la construcción, la que subcontrató a una serie de otras firmas. El abogado Marco Ariel Celli, de Legal Innovation, e Ignacio Herrera de IHC Abogados, representan a ST Group, RM Seguridad, CYR Leman y Juan Pablo Gaete en querellas por estafa.
La querella criminal está dirigida contra Mauricio Adasme, el jefe de Proyectos del mall. “La empresa mandante falló en realizar los controles necesarios para que todo esto no ocurriera”, apunta Celli.
Cuando la situación con GRL ya se hizo insostenible, el centro comercial siguió trabajando con los subcontratistas hasta lograr terminar las obras.
Consultado Mall Plaza, explicaron que “actualmente, hemos iniciado diversas acciones en contra de GRL y sus representantes”. DF intentó contactarse con GRL, pero no obtuvo respuesta.
“Extensión Vida Útil Proyecto María Elena” se denomina la iniciativa que lleva adelante la minera SQM y está ubicada a unos 160 kilómetros al noreste de la ciudad de Antofagasta. Valorizado en US$ 75 millones, el plan considera extender la operación de la faena (para la extracción de caliche, insumo en la producción de nitrato de potasio) por un período adicional de cinco años, hasta 2030.
Según explicó la firma en una consulta de pertinencia (donde dijo que la iniciativa no requiere someterse al Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental), la ejecución del proyecto comenzó en diciembre de 2010.
“Desde el año 2019, debido a condiciones del mercado y requerimientos operacionales, la Faena María Elena ha estado detenida en cierre temporal. En consecuencia, existe reserva mineral disponible que (…) no ha sido explotada en el plazo de vida útil establecido en las autorizaciones ambientales”, explicó la compañía.
El proyecto en consulta se realizará utilizando las instalaciones existentes en el área Mina de la Faena María Elena, correspondientes a pozas de soluciones y de agua, e instalaciones de apoyo en los sectores mineros contemplados en el proyecto (sector el Toco y Tocomar).
Por lo tanto, la extensión de la vida útil de la fase de operación no requiere la implementación de nuevas obras o acciones distintas a las aprobadas, ni contempla aumento a los volúmenes de producción ya aprobados, destacó la empresa.
Por lo mismo, aseguró que no se contempla la generación de emisiones, efluentes o residuos diversos ni adicionales a los ya evaluados. En todo caso, dijo que se realizarán las actividades de mantención y reparación de las instalaciones que son habituales y necesarias para asegurar el correcto funcionamiento de la planta.
Para la reapertura de la faena, SQM dijo que se requiere rehabilitar la infraestructura eléctrica entre la subestación eléctrica La Cruz en María Elena, por 14 kilómetros de extensión, la que -destacó- fue desmantelada por terceros a consecuencia del cierre temporal de la faena.
Es uno de los mayores proyectos para viviendas de Chicureo y, como varias empresas del negocio del ladrillo y el cemento, se ha visto afectada por la que es considerada la mayor crisis inmobiliaria en casi 30 años en el país. Se trata de El Chamisero Inmobiliaria, que enfrenta una serie de demandas por millonarias deudas y, desde hace varios meses, negocia con compañías de seguros para refinanciar sus pasivos y lograr salir del complejo escenario en que se encuentra.
Los socios originales de Chamisero fueron los empresarios Sergio Reiss, Sergio de Castro (ambos fallecidos) y Juan Carlos Latorre, quienes adquirieron el predio de más de 1.000 hectáreas en 1995. El objetivo fue desarrollar un nuevo barrio en este sector del norte de Santiago, que adquirió plusvalía ante la escasez de terrenos en las comunas de la zona oriente de la capital.
El proyecto Inmobiliaria Chamisero fue calificado ambientalmente favorable en septiembre de 2000, permitiéndose la construcción de un conjunto habitacional de 7.819 viviendas con urbanización simultánea, en un período de 10 años, y con un promedio de 782 viviendas/año. La superficie del predio donde se visó la iniciativa es de 512,41 hectáreas, destinadas a viviendas (58,15%), a circulación (22,46%), a equipamiento (8,39%), cesiones (3,17%) y a áreas verdes (7,83%).
En 2010, Latorre se retiró de la sociedad y, cuatro años después, falleció sorpresivamente Sergio Reiss cuando tenía 71 años de edad; poco antes de su muerte le había comprado su parte a De Castro. Desde ese entonces, la empresa es controlada por la sucesión de Reiss.
Según un conocedor, este es un complejo donde la esencia del giro es la comercialización de sitios para la construcción de una vivienda o macro lotes para condominios, colegios o supermercados.
“Nuestra representada no ha recibido pago alguno de parte de Chamisero, así como tampoco ha llegado a acuerdo”, dijo el abogado de 4 Life Seguros de Vida.
Desde el ámbito inmobiliario, se destacó que, desde hace unos años, después de la pandemia, se ha hecho muy difícil que entren inversionistas a desarrollar proyectos. La misma fuente afirma que la mentada inmobiliaria se ha visto enfrentada -al igual que el resto de la industria- al encarecimiento de los préstamos para la compra de terrenos (y posterior desarrollo de viviendas), desalentando a potenciales interesados, lo que ha golpeado con fuerza la demanda.
Las tasas de interés altas, los mutuos a 12 años y las exigencias de los bancos hacen muy compleja la comercialización de sitios, comentó bajo reserva un personero del rubro de la construcción.
“No ha recibido pago alguno”
Todo esto habría redundado en una estrechez de la caja de la inmobiliaria, dejando de cumplir con una serie de créditos.
En abril de este año, la compañía de seguros Vida Security demandó a El Chamisero Inmobiliaria, acusando el no pago íntegro y oportuno de las rentas de arrendamiento pactadas por un terreno de 16,8 hectáreas, el que además tiene opción de compra.
La aseguradora solicitó el pago de las rentas de arrendamiento devengadas por 8.478,75 UF ($ 321 millones), $ 487 millones por concepto de contribuciones, $ 4,9 millones por sobretasas anuales de impuesto territorial, y UF 66.500 ($ 2.514 millones) por cláusula penal. También pidió que se ponga término al contrato de alquiler, que quede sin efecto la promesa de compraventa y que se ordene la restitución del inmueble libre de todo ocupante.
En agosto, los abogados Andrés Tavolari (por la parte demandante) y Rafael Parada (de la inmobiliaria) solicitaron la suspensión del juicio, pero éste se reanudó el 20 del mismo mes.
La sociedad 4 Life Seguros de Vida también demandó a El Chamisero en abril de este año: acusó el impago de un mutuo hipotecario otorgado en 2018, por UF 58.735 ($ 2.220 millones) a cancelar en 20 dividendos semestrales.
En este juicio, la compañía de seguros solicitó a la inmobiliaria el pago de UF 41.798 ($ 1.580 millones).
En el proceso, la inmobiliaria dijo que canceló dos nuevas cuotas de las que se encontraban pendientes al momento de la interposición de la demanda, y que respecto de las tres restantes devengadas hasta la fecha, se convenió un acuerdo de pago entre las partes.
“Nuestra representada no ha recibido pago alguno de parte de Chamisero, así como tampoco ha llegado a acuerdo alguno con ésta respecto a los dividendos adeudados”, dijo el abogado de la firma de seguros, Rodrigo Díaz de Valdés, en un escrito presentado a la justicia.
El 4 de septiembre, el jurista solicitó el remate del inmueble que El Chamisero dejó en hipoteca en favor de 4Life Seguros, denominado Macrolote ML Veintidós.
A estas dos demandas se suma otra presentada por Tanner Servicios Financieros, también de abril de este año, que acusó a la inmobiliaria de no pagar la primera de las cuotas de un pagaré suscrito en agosto del año pasado, solicitando que se le cancelen $ 342 millones.
Diario Financiero intentó tener una versión de la inmobiliaria a través de su abogado, pero no hubo respuesta. Según conocedores, la empresa, desde hace varios meses, negocia con compañías de seguros para refinanciar sus pasivos y lograr salir del complejo escenario que enfrenta.