Susana Rojas, Gerente de Comunicaciones de Acción Empresas
En tres años, la sustentabilidad empresarial ha avanzado como nunca en Chile. La crisis climática, el malestar social y la pandemia fueron suficientes aceleradores para que el desarrollo sostenible se convirtiera en la vía más segura para desbloquear las crisis.
En 2019, las empresas iniciaron un agudo proceso de cuestionamiento sobre cómo concebían el éxito empresarial y cuál era el verdadero valor que generaban para la sociedad. Muchas empresas miraron hacia adentro para conocer las realidades de sus colaboradores, analizaron críticamente las debilidades de sus procesos, escucharon con humildad a las comunidades a las que impactan y se dieron cuenta de por qué tenían que cambiar.
2020 y 2021 rompieron todo lo que pensábamos que era permanente. El covid arrasó con economías grandes, pequeñas y emergentes como la nuestra. Paralizó industrias sólidas y tradicionales y en semanas la tecnología se impuso en nuestras formas de trabajar, de relacionarnos, de vivir, mostrándonos cuán atrasado estaba el sector empresarial respecto al trabajo del futuro.
El cambio climático no solo siguió su curso, sino que se profundizó con una velocidad inusitada y las consecuencias comenzaron a ser evidentes en todo el planeta. Las sequías, los incendios, el aumento de las temperaturas, los altos costos de la energía y los alimentos fueron elementos que agudizaron la crisis social. Las cifras de desigualdad, pobreza extrema, desempleo, declive de género, migración, sumado al cierre de escuelas, fueron los elementos que mostraron a las empresas por qué cambiar.
Muchas empresas que ya estaban virando hacia la sustentabilidad como una nueva forma de hacer negocios, convirtieron iniciativas en proyectos. Los directorios comenzaron a poner conversaciones sobre la mesa en base a criterios ESG (ambientales, sociales y de gobernanza), sobre nuevas normas, mediciones y estándares nacionales e internacionales en materia de sustentabilidad. Organismos clave como Blackrock, el Foro Económico Mundial, determinaron que las empresas con un trabajo sólido y permanente en materia climática y social fueron las que mejor se desempeñaron económicamente durante la crisis.
Fueron necesarios tres años para que la sostenibilidad se convirtiera en una estrategia empresarial. Las empresas ya sabían por qué y para qué cambiar.
Pero esta era es una de transformaciones. Y cuando el 2022 parecía ser un momento de reinvención, de reactivación con foco en las personas y el planeta, un conflicto geopolítico volvió a poner en evidencia la inestabilidad global ante fluctuaciones impredecibles, revelando cómo la dependencia energética de un continente puede golpear los sistemas económicos a su alrededor. el mundo. .
Descarbonizar la economía del planeta se ha vuelto imperativo. El poder de los acuerdos volvió a ser el anhelo de los sistemas políticos y la urgente transformación del liderazgo económico, social y ambiental se instaló en la reflexión global. ¿Cómo se acelera lo que se está transformando? ¿Cómo avanzar al ritmo que demanda la incertidumbre? ¿Cómo se priorizan los costos? ¿Cómo se gestiona el futuro?
En un mundo que cambia sin previo aviso y en un Chile con nuevos actores, nuevos escenarios y nuevos desafíos, las empresas deben decidir: ¿Serán espectadoras o protagonistas de los cambios?
Es hora de empezar un segundo acto.
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BancoEstado y Khipu dejaron atrás un año marcado por conflictos en diferentes sedes judiciales que se habían iniciado en 2021, cuando el banco público actualizó su sistema anti bots, bloqueando las operaciones de la fintech de medios de pagos.
Sin embargo, las partes sellaron la paz y hace dos semanas firmaron un acuerdo que consiste en formalizar el proceso de captura y extracción de datos a través del consumo de API’s desde la fintech hacia el banco, en el cual se acordaron parámetros principalmente en aspectos de seguridad, técnicos operacionales y de consentimiento de los clientes necesarios para operar.
Desde Khipu resaltaron que este acuerdo sobre finanzas abiertas “representa una nueva relación y da una importante señal de armonía en la industria”.
Mientras que BancoEstado complementó que esto “reanuda nuestra relación con Khipu iniciando una nueva etapa de colaboración, transparencia y beneficio mutuo. Esperamos seguir trabajando juntos y explorando nuevos espacios de colaboración”.
Las tratativas
El CEO de Khipu, Roberto Opazo, detalló que el nuevo Comité Ejecutivo de BancoEstado, que es presidido por Daniel Hojman, les pidió una reunión para entender su punto de vista sobre el conflicto.
Luego de varios meses de negociaciones, finalmente salió humo blanco. El abogado y socio de HD Group, Matías Langevin, que lideró las conversaciones técnicas y legales representando a Khipu, rescató que con esto se “termina de forma definitiva con un impasse que tuvieron en algún momento y que pavimenta futuras colaboraciones en el mundo del open banking”.
La incertidumbre continúa rodeando a VTR, la filial de Liberty Latin American (LLA) en Chile. Durante el primer semestre de 2023, la compañía -que está fusionada con Claro del Grupo América Móvil desde septiembre de 2022, pero que siguen reportando de forma separada- registró ingresos por $220.500 millones, un 16,6% menos que los meses de enero a junio del año pasado, cuando recaudó $264.600 millones.
En la última línea, VTR reportó una pérdida de $52.200 millones, la cifra mejor a los $94.200 millones obtenidos en los primeros seis meses de 2022.
En su reporte financiero, VTR explicó que la disminución de los ingresos se debe a la caída del ARPU -medida que calcula la recaudación por cliente- y de los RGUs (suscripciones). “La disminución es atribuible a un menor promedio de contratos de internet de banda ancha, video y telefonía fija”, dijo la empresa en este documento.
Sigue la incertidumbre
En el detalle del desempeño durante enero y junio de 2023, VTR explicó que “la preocupación continúa”. En concreto, en su reporte explicaron que la tendencia de las cifras “pueden llevar a la existencia de una duda sobre la capacidad de la compañía para continuar operando como empresa en funcionamiento. Sin embargo, esto sería mitigada por la consumación del plan de negocios aprobado por el directorio que asegura la continuidad de las operaciones durante los doce meses posteriores al 30 de junio de 2023″.
Lo anterior se refiere al plan que Diario Financiero dio a conocer en junio, donde América Móvil (matriz de Claro) y LLA se comprometieron a inyectar US$ 600 millones para el funcionamiento de ClaroVTR. En esta iniciativa, la filial ligada al empresario Carlos Slim pagó el total del monto, en tanto Liberty asumió un crédito convertible en acciones que podría resultar en que a futuro los mexicanos tomen el control de toda la empresa en Chile.
Sobre esto, el CEO de LLA, Balan Nair manifestó a los analistas de mercado en la conferencia de agosto que la propiedad accionaria de ese negocio sigue siendo 50-50, pero “en los próximos dos años, seremos más definitivos sobre cómo van las cosas”.
Alta competencia
Pese a lo anterior, el camino de VTR no será fácil. La compañía aseguró en el documento que la industria es “altamente competitiva” y que los otros proveedores continúan expandiendo y mejorando sus redes.
“La importante competencia que estamos experimentando, junto con factores macroeconómicos, han impactado negativamente nuestros ingresos, contratos y ARPU”, expresó.
Por ello, VTR se fijó como objetivo diferenciar sus servicios enfocándose en atención al cliente. “La integración (con Claro) ha considerado la implementación de un robusto plan de inversión en redes para aumentar su resiliencia, velocidad y capacidad, lo que ha significado una mejora significativa en la experiencia de servicio de sus clientes”, remató la empresa.
Al 30 de junio de 2023, VTR expresó que tiene 4.289.700 conexiones al hogar, entre banda ancha y TV de pago. De ese total de contratos 1.089.100 suscriptores son de internet fijo y 886.800 de cable. En tanto, mantienen una base de 437.100 suscriptores de telefonía fija y 372.400 móviles.
JPMorgan Chase incorporará los bonos soberanos de India a su índice de referencia para los mercados emergentes, un acontecimiento muy esperado que podría generar miles de millones de dólares en entradas de capital extranjero para el mercado de deuda del país.
El proveedor de índices añadirá los títulos al índice JPMorgan Government Bond Index-Emerging Markets a partir del 28 de junio de 2024. El país del sur de Asia tendrá una ponderación máxima del 10% en el índice, según un comunicado emitido este jueves.
La inclusión en el índice se produce tras “la introducción por parte del Gobierno indio del programa FAR en 2020 y las reformas sustanciales del mercado para ayudar a las inversiones de cartera extranjeras”, dijo en un comunicado el equipo dirigido por la jefa global de investigación de índices de la firma, Gloria Kim. Casi tres cuartas partes de los inversores encuestados estaban a favor de la inclusión de India en el índice.
La incorporación de India a uno de los principales índices mundiales dará a los inversionistas un mayor acceso a la gran economía de más rápido crecimiento del mundo, que ofrece algunos de los rendimientos más altos de la región. Según HSBC Holdings, la inclusión también puede provocar flujos de hasta US$ 30 mil millones.
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