Economia
Juntas de accionistas del futuro
Matías Canelo
Recientemente finalizó la temporada de las juntas ordinarias de accionistas de las sociedades cotizadas y con ella finalizó una era en la forma de reportaje. A partir del próximo año, las empresas que tengan más de 2 millones de UF en activos consolidados deberán incorporar la información de la regla de carácter general N° 461, de la CMF.
Las discusiones sobre el futuro de la empresa seguirán centrándose en su desempeño financiero, pero con un mayor nivel de datos, donde puede haber otras palancas que muevan el resultado de un ejercicio. La ecuación P*Q deberá ajustarse a nuevas variables, como las características socioambientales de los emplazamientos fabriles, la disponibilidad de recursos naturales, las estrategias de inclusión y diversidad, o la capacidad de atracción y retención del talento.
De ninguna manera estoy subestimando la sofisticación y complejidad con la que los equipos de finanzas y contabilidad abordan la información disponible. Pero al leer entornos complejos, deberán incorporar nuevas herramientas que les permitan fortalecer la comprensión de sus corporaciones. Las NIIF, al comenzar su trabajo en contabilidad no financiera, serán de gran ayuda para este desafío.
Al imaginar cómo serán las juntas de accionistas y las juntas directivas de los próximos años, vale la pena preguntarse: ¿Qué tan decisivas pueden ser las variables ESG? ¿Serán importantes porque realmente moverán la aguja o simplemente habrá que cumplirlas? ¿Se harán las empresas sus análisis para entender mejor las razones del éxito o fracaso de estas nuevas variables? ¿La información tendrá la fidelidad, trazabilidad, actualización y pertinencia necesarias? Estoy convencido de que tendremos avances notables en estas materias.
Hoy, la inmediatez y la relevancia de la información son fundamentales para tomar decisiones cotidianas, que se van adoptando en fracciones de tiempo muy pequeñas, y con un componente emocional o de conexión importante.
Lo mismo ocurrirá con los datos ESG. Los aspectos, prácticas o desempeño institucionales estarán al nivel de lo observable y aprehensible por quienes leen el desempeño de la organización en cuestión. Los mercados requieren información constante para tomar decisiones que afectan el precio de las acciones. Lo mismo ocurrirá con los datos ESG. ¿Cómo tendremos esta información en cuotas semestrales, trimestrales, mensuales o incluso en tiempo real? Sin duda, la tecnología nos está permitiendo hacerlo de forma más rápida y transparente.
El gran desafío será medir con mayor precisión y frecuencia el nivel de compromiso de la empresa con sus grupos de interés. La capacidad de adaptación que ofrece una adecuada gestión de las variables ESG solo se producirá si es posible conectar con los grupos de interés y con un entorno cada vez más cambiante.
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